Lo que en un primer tiempo llegó a difundirse en nuesta cultura occidental como unos ejercicios fisicos que ayudaban a preservar y mantener la salud, ha ido retomando poco a poco su forma primigenia como un modo de vida holístico que nos sirve como una valiosa herramienta de autoindagación y aprendizaje.
La toma de conciencia de la respiración en el movimiento y en lo cotidiano, las actitudes personales con las que afrontamos nuestro dia a dia, la concentración, el trabajo sobre el adiestramiento mental, son elementos que dentro de la práctica del yoga van tomando cada vez más peso, de modo que el yoga está logrando permeabilizar las capas que ocultaron la realidad de lo que el YOGA ES, por temor a lo desconocido y está aflorando en todo su esplendor regalándonos su fragancia sanadora.
El yoga se ha venido practicando habitualmente en clases grupales como si de una clase de gimnasia más o menos dinámica se tratara. La realidad es que el yoga es un trabajo muy personal y aunque se practique grupalmente y nos de esta imágen externa de meros movimientos o incluso mantenimientos estáticos, internamente opera grandes cambios de conciencia, si se pone la atención correcta en lo que el YOGA ES.
Existe una realidad en lo que el YOGA ES, el YOGA ES una TERAPIA. Y como tal reúne las características de ser personalizable para atender patologías concretas. Sirve para recuperarnos de lesiones, para fortalecer tanto aspectos de la personalidad como partes del cuerpo, para equilibrarnos tanto física como mental y emocionalmente, nos ayuda a flexibilizar la mente y el cuerpo y a la vez refuerza nuestra identidad.
En mi experiencia personal el yoga acaba siendo de uno mismo y para uno mismo pues no hay dos personas iguales. Y ese....es el camino, encontrar en lo general, lo particular para devolverte a lo INFINITO que hay en tí y de lo que todos somos parte.
Om shanti
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